ENRAIZAMIENTO

¿Cómo comenzar?
Enraizamiento es el proceso que inicia cuando a una simple semilla germinada, con sus primeros hilos de raíz, se la transplanta a un envase mayor para que esas finas raíces se multipliquen y afirmen con decisión, para que al hacer el transplante definitivo la planta se enraíce, se arraigue, se establezca en relación con su entorno de luz, agua, aire y comience a crecer con amplitud y determinación generando nuevos brotes, nuevos hijos, nuevos frutos.
Se podría decir que el enraizarse de una planta es el construir de un hogar.
No es lo mismo que enquistarse, que no se confunda, la naturaleza se adapta a las tormentas, a las estaciones, a los trasplantes forzados. Y el hombre también debería ser firme en su ser interno, en su construcción de hogar; pero flexible a los cambios, a las mudanzas.
La maceta es la casa. Echar raíces es construir el hogar.
Mi casa es azul. Mi hogar es verde.
El vibrante verde García Uriburu. El profundo verde Emiliano de la contemplación.
El alimonado verde de la iluminación de la vida.

Este primer conjunto de obras pictóricas y las páginas siguientes hablan
de la relación casa – hogar, de mi casa – hogar aquí y ahora.

Formalmente se presentan cuatro telas apaisadas donde la proporción alto por ancho (0,80 x 2,40 mes de uno por tres, en relación a las medidas del terreno (8,66 x 26 m)
Cuatro telas = cuatros años vividos en la casa.
La quinta tela surge por una necesidad espacial percibida en la propia sala de exposición y porque en los jardines japoneses todas las piezas que los compones son números impares.
También apaisada, esta quinta tela guarda la proporción alto por ancho de uno por dos (0,90 x 1,80 m) respondiendo a la relación del terreno construido (8,66 por 17 m)

Planta y elevación cobijan mi hogar.
La naturaleza lo habita.














Domingo 13:
¿Qué es el hogar?

¿Son los momentos dentro de la casa donde sentir seguridad y calma?

¿Es el tiempo fuera de ella esperando regresar a agazaparse?

¿Dónde se encuentra el hogar?
¿En la casa y su materialidad? 
¿En un espacio físico o en un concepto soñado?
¿Es arraigarse a un espacio el hogar?
Construir una casa no es lo mismo que construir un hogar.
La puerta que va al patio; la de la entrada principal; la persiana frente el baño son parte de la casa… ¿y del hogar? Son entradas y salidas a la memoria, a lo atemporal de los recuerdos, al amor que salió, a la soledad que entró sin avisar.

¿Una casa puede albergar muchos hogares?
Las cortinas de la abuela, abuela que yo no conocí, hoy son las cortinas del ventanal que contemplo ahora mismo entre palabra y palabra. En ellas viven una pareja de tórtolos y un bordado de pequeñas flores. Cortinas con dibujos proféticos de mi amor junto a Emiliano. Cortinas que han observado amaneceres, lunas, alegrías, pasiones, reuniones, discusiones…

¿Una casa tiene hogares por periodos?
Mis recuerdos y emociones no son los mismos que vivenció la abuela. Las dos lloramos en la misma habitación pero no por el mismo dolor.
Hoy es la casa de la Santa Rita del frente, de las hojas sin barrer en la vereda, del gran Sauce y de mi intimidad resguardada.
Ayer, en los tiempos de la abuela, era la casa impecable de las Hortensias en el jardín y las reuniones familiares.
La naturaleza nos une, nos arraiga en diferente espacio temporal pero en la misma casa.

Lunes 14:
La melancolía de los domingos es una pista de despegue para que, en la madrugada del lunes las nostalgias se sacudan y el movimiento de ellas nos libere, impulsándonos hacia un comienzo soñado e ideal de nuestro transcurrir relativamente real.
Es el fino hilo de la melancolía, como en la película Mach Point donde la suerte depende de donde caiga la pelota, podes caer en el abismo eterno de la quietud o, tras el esfuerzo del primer paso, volar hacia donde la plenitud salva el alma. 
Es el instante, el instante entre luz y oscuridad al caer una tarde gris de domingo.

Dualidad.
Lo bueno es que todo es un eterno movimiento: el arte, la obra, la música, el cuerpo, la comida, el amor….la vida. Lento, rápido, evolución e involución pero movimiento al fin.
Entonces siempre estará ahí ese fino hilo del instante salvador, solo espera el sutil primer movimiento como señal para inducir la imaginación innata en nosotros.
Es de noche, se cerró la cortina por hoy. En el interior de las ventanas las ideas empiezan a trabajar y desperezarse.
Es de noche, motor inspirador de sueños airosos.
Hoy me muevo, hoy comienzo a enraizar mi hogar deseado.

Martes 15:
“La palabra alma es una palabra inmortal. En ciertos poemas es imborrable”.1
Así es el hogar.
¿Cuál es el lugar donde se halla?
¿En la mente entre los pensamientos?
¿En el alma entre los sentimientos?
¿Es un músculo del cuerpo aún no clasificado?
¿Cuánto pesa el hogar? ¿21 gramos como el alma del personaje de Sean Penn?
Hubo hogares más pesados, otros más ligeros y livianos como el de hoy.

 Miércoles 16:
“[…]lo que hacemos en nuestro tiempo libre proporciona textura, forma y significado a la vida.[…]Platón creía que la forma superior del ocio era permanecer inmóvil y receptivo al mundo.[…]El mundo se te ofrecerá libremente para que lo desenmascares”2
Y el mundo se nos ofrece a través del arte, la pintura, la lectura, la naturaleza...
“En casi todas las culturas el jardín es un santuario, un lugar donde descansar y meditar.”3
Para los japoneses las plantas representan, en los altares, el aire que nos purifica.
“No sobrevivirás si no amas al árbol como a ti mismo” afirmaba Hundertwasser
El plantar, cultivar, regar y esperar que las plantas crezcan  es una forma de ir más lento. Solo observarlas nos hace ver que el tiempo de la naturaleza tiene lo sagrado que los japoneses mencionan. Lentitud, serenidad y fortaleza. 
Su propio horario, inmune a cualquier proceso de aceleración. Movimiento continuo y permanente, que hace que, aunque todo parezca igual y estático, se vaya renovando eternamente.
“En un mundo apresurado, donde todo está programado para obtener la máxima eficiencia, rendirse a los ritmos de la naturaleza”4  puede ser un camino de despegue a la creatividad, una musa inspiradora en la cotidianidad.
Permitirnos desconectar los pensamientos y los miedos. Que la mente divague y se sosiegue y de ese silencio surja la imaginación soñada y sus mejores ideas.
Idear un hogar interno bello, libre de inseguridades que agoten el talento y de rutinas que ahoguen el placer.








Jueves 17:
Soy feliz.
Afuera hace frío y llueve entre golpes de vientos enloquecidos.
Adentro el sonido cálido de la estufa antigua que ronca su bienestar me acompaña.
Yo en mi guarida animal me acurruco en la morada encendida y contemplo la lucha por el ventanal.
Se desató la tormenta.
El vendaval ataca a la casa por todas partes. Le ruge mientras la tempestad y las ráfagas contrarias la quieren arrancar de cuajo, tratando de desarraigarla.
"Pero la casa abombó la espalda y se adhirió al suelo resistiendo flexible el cimbronazo del furioso vendaval. La casa estaba indudablemente adherida a la tierra por las raíces inquebrantables" del Sauce que como una vela la conducía por el mar revuelto.
La casa se contrae y me arropa con aroma de madre y pan tostado mientras yo sigo mirando a través del vidrio mojado.
"La casa es el ser más humano que se defiende sin pensar jamás en atacar"5.
Y como habitantes de su fortaleza debemos agradecer su protección y participar del drama cósmico que vive la casa que lucha y acompañarla hasta su liberación.
“La casa vivida no es una casa inerte. El espacio habitado trasciende el espacio geométrico” 5
Si bien constructivamente la casa es un objeto racional de fuerte geometría de ángulos y líneas rectas, mi hogar le borró los límites y las aristas. La habitó con ramas y enredaderas y a su vez la redondez de los árboles, del Laurel principalmente, construye el nido literal de pájaros, aves e insectos.
“El moho es la metáfora del poder creador de la naturaleza” afirma Hundertwasser en el “Manifiesto del Enmohecimiento contra el racionalismo de la Arquitectura de 1958. Al germinar, sometido a su ley orgánica de expansión hará fermentar las estructuras y reventar la línea recta en la casa, sostiene.
Que maravilloso ecosistema, es el engranaje perfecto de nuestro propio cuerpo.
La planta de la casa esta bien cimentada y por ello deja libre a las brisas una rama sensible de Vignonia rosada y el sonido crujiente del follaje caduco que cae ocre por el otoño.
La elevación de la casa inspira profundamente y al exhalar al día siguiente se expande hasta el cielo azul límpido sobre la terraza comunicando las flores fucsias y las espinas de la enredadera con la copa globosa del Sauce defensor.

Soy feliz.
Vivo la simpleza de dejarme atravesar por los rayos de sol que se cuelan por la hojarasca y traspasan el vidrio del ventanal.
Iluminación Divina dejarse habitar por la naturaleza y sus reflejos.

Viernes 18:
Dualidad. Una constante definición de mi misma. 
Bella dualidad.
Bachelard cita al poeta Shelley quien define al mundo como una cuna inmensa que nos mece desde el día a la noche, desde la luz a las tinieblas y, allí en el medio, en el filo del ir y venir reside el poder de la imaginación dinámica.6
A ese poder lo llamo equilibrio, el equilibrio del que tanto hablan los orientales. Porque encontrar el equilibrio del péndulo es metafórico; porque de ser así, hubiéramos encontrado la quietud permanente, estática y sedentaria.
En cambio en la ida y vuelta de nuestra cuna el equilibrio es perfecto, para cualquier vuelo imaginado con la luz ideal que nos balancea en la fugacidad del instante preciso.
Equilibrio perfecto entre la casa y el hogar, iluminado por el último hilo de luz de la tarde que se cuela por la ventana del oeste.
El enigma de las sombras. Una penumbra acaricia mis ojos y envuelve el interior de la casa al avanzar la tarde. Lo bello de lo oscuro, sin artificios ni ornamentos, solo la pared azul ennegrecida y los listones del piso de pinotea, me lleva a perder la noción de tiempo. La eternidad se nos presenta sin darnos cuenta.7

Sábado 19:
Imperceptible. Así es el movimiento de la vida.
¿Cuándo crecieron las hojas del Sauce si hasta ayer el invierno lo había dejado pelado?
Apropiarse del espacio.
El Sauce se apropio de la casa más allá de sus límites.
La Santa Rita se enraizó en el jardín al frente.
Ciclos de renacer.
Nos quedamos estancados en un pasado cuando a nuestro alrededor todo se mueve.
La naturaleza acepta y continúa.

Domingo 20:
La quietud precede al movimiento. La quietud es ese estado de latencia que te prepara para el gran salto, como las semillas de las Retamas que esperan el momento de explotar, como los siete años que se toman las Orquídeas para florecer por primera vez.
La quietud te permite replantearte el recorrido, el viaje, el medio, la forma, el lugar. 
Solo hay que estar atento para poder saltar.


Lunes 21:
Paraíso es el nombre íntimo que tiene el patio del fondo de casa. Es un terreno de tierra y hojarasca con enredaderas en las paredes que no dejan ver los límites linderos y lo hacen mucho más amplio. Un estanque al pie del Sauce, guardián del Paraíso, junto a un Muérdago y un Laurel. Los restos de pie de un Naranjo con historia, diferentes especies de Jazmines, mis plantas aromáticas, Camelias, Madreselvas, Alegrías, una Palmera, muchas Sandalias, Abutilones, Orquídeas, Abelias, Cañas... Es una pequeña selva que conjuga diferentes alturas y vegetaciones. Es una pequeña arca de especies y de aromas que forman nuestro Paraíso.

Martes 22:
“La verdadera patria de la vida es el cielo azul; los alimentos del mundo son los soplos y los perfumes”8
¡Como no escribir esta cita! Termino de leerla y un aroma a azares entra desde el Paraíso.
El viento del primer mes de primavera permite que algunas plantas se polinicen y se expandan en el espacio, y la lluvia intermitente que las semillas germinen en la tierra y comience el movimiento eterno de los ciclos de la vida.
Hoy el cielo está maravillosamente teñido de azul.
Tengo soplos de Jazmines y la vida ideal para levitar y cambiar mi percepción. Y si la patria real es el cielo voy hacia arriba para mirar desde allí a este mundo acelerado, apresurado y ficticio.
En la dicha elevada del cielo azul contemplo la copa del Sauce dorada por el sol completamente lleno de brotes y hojas verdes.
Mi alma es feliz porque el movimiento es ascendente y mi miedo a las alturas ya desapareció. El miedo responde a la gravedad.
Estoy tentada a dejar la tierra para ascender a la imaginación eterna pero el calidoscopio siempre gira y te recuerda que la cuna se mece de un lado a otro.
Te recuerda que dejar atrás la casa no es abandonar el hogar.

Miércoles 23:
Volví a ver la película “Made in Argentina”. La palabra desarraigo, arrancar de raíz, atraviesa la historia. Encrucijadas del exilio, por algo el ostracismo era uno de los máximos castigos en la antigua Grecia.

El hogar se lleva en uno, pero la memoria no registra la duración concreta. Solo es posible registrar en imágenes, pensarlas, recordarlas sobre una línea de tiempo abstracta. Traducir en imágenes los olores propios, el aroma del lugar, de quien cocina para nosotros, la fragancia de las manos conocidas… ¡pensar el tacto!… sentido olvidado en estos tiempos de mediación tecnológica.
Al desenterrar nuestras raíces y dejarlas al desnudo se obliga a nuestro espíritu a fortalecerse y a cargar un equipaje liviano. Equipaje que comprende la unidad básica del refugio simple, que comprende la célula primaria de la función de habitar. La “choza” más humilde que nos refugia de la hostilidad del universo exterior. La casa primaria que alberga el ensueño, la casa que protege al soñador, la casa que nos permite soñar en paz. Sin esta casa, muchas veces ubicada en lo profundo del espíritu, el hombre sería un ser disperso e inestable; en cambio al llevarla en el interior lo sostiene en medio de las tormentas del cielo y de la vida. 9

Jueves 24:
Ya casi no quedan casas “chorizo”. 
Ya casi no quedan casas con imponentes aberturas de hierro art noveu. 
Ya quedan pocas casas con patios, con parras, con las tinas de hormigón que albergaban los helechos más elogiados.
Viajo por la ciudad en colectivo y por la ventanilla miro las casas demolidas, las paredes que la constituían. Hay paredes rosas, celestes, verde agua, el típico rosa viejo o salmón…. ¿Quiénes la habitaron, habrá quedado la esencia de ellos en aquellos muros? Restos de un hogar hoy revelado al exterior ¿Habrá sido una habitación matrimonial, el cuarto de los hijos, la habitación de un escritor solitario? Imagino historias y los planos de la casa, pero esto dará para un nuevo cuerpo de obras por pintar.
La planta madre de un hogar será pronto ramificada en decenas de nuevos hogares.
Escuché alguna vez que en la vida, todos somos inquilinos. Y es verdad para mí.
Cuando dejemos atrás la materia del cuerpo dejaremos el lugar a otras almas. Los muros serán testigos y refugiaran a otros inquilinos.
Esta reflexión me trae al presente a Hundertwasser nuevamente y sus árboles inquilinos. El decía que todo espacio paralelo al cielo le pertenece a la naturaleza por lo que recubría las terrazas y balcones de plantas y árboles. Y lo mismo predican, gritan sin ser escuchados, nuestros pueblos originarios. La tierra no nos pertenece, le pertenece al cosmos, al universo y hay que agradecer el espacio y su abrigo. Disfrutarla y enriquecerla para los otros, otros y otros que la habitaran después de nosotros.
Enraizarse al hogar no es poseer la tierra.
Así lo demuestra García Uriburu, al teñir las aguas y denunciar su contaminación, al plantar los Robles, al pintar los árboles y plazas de Buenos Aires.
Así es la obra de David Hockney. Su hogar esta en la tibieza de sus piscinas que reflejan los cielos perfectamente azules de California y su hogar esta también en los bosques, en la neblina y el invierno eterno de su Inglaterra natal.
La naturaleza ampara nuestra vida, así lo demostró Gaudí que entregó su vida a lo redondo y curvo del mundo orgánico.



Viernes 25:
Bambúes y Juncos aportan altura y gracia en lugares donde los árboles no crecen. Son pantallas cortavientos flexibles y adaptables a diferentes situaciones: viento, agua, sequía, frío, calor.10
Especie de aspecto delicado y etéreo, parecen comunicarse con el aire, se estiran hasta alcanzarlo y en esa flexibilidad radica su resistencia.
Como bien dice un proverbio chino de circulación cotidiana: el Junco es más fuerte que el Roble.

Sábado 26:
Nuestros recuerdos más preciados, nuestros olvidos más olvidados se alojan en nuestra morada, en nuestra alma, en nuestro hogar. Se traducen en imágenes; imágenes del espacio feliz, del espacio vivido, de los espacios de posesión, de los espacios defendidos contra fuerzas adversas, los espacios amados y los espacios más íntimos.11
La inmensidad del mar y la imperceptible pequeñez de un grano de arena esta en nosotros. El universo nos habita.

Domingo 27:
Recuerdo las ventanas al oeste de la cocina del departamento de Rubén.
Levanto la vista y lo veo. Aquel atardecer encendido sobre la ciudad.
Aquella pequeña cocina contenía el hogar, el fuego y la pasión.
Aprovechar la luz natural al máximo, como vivir, como Rubén.

La ventana de mi hogar materno es aquella de la tela metálica en mi habitación que mira al patio, en verano abierta de par en par para oler la acidez de las uvas chinches; en invierno a través de los recortes de vidrio y el calado de las cortinas crochet me pierdo en los dibujos que arman las ramas desvestidas por el frío.

Hoy, la ventanita de marco azul traful es más amplia que el gran ventanal.
¿Cuántas almas hemos mirado por el mismo rectángulo?
¿Cuántas vistas del mismo paisaje?

Lunes 28:
El hogar toca y repercute en las profundidades antes de conmover las paredes superficiales. Los cimientos saben de qué les hablo.
Recuerdo mi casa materna. Sólo un cuarto me resguardaba, me agazapaba y habitaba en él mi hogar. El resto solo era parte de la construcción.

Martes 29:
“Las imágenes de la casa marchan en dos sentidos: están en nosotros tanto como nosotros estamos en ellas”12
Es un juegos de contrariedades entre el afuera y el adentro. Nosotros somos el hogar, el hogar habita nuestro interior. La inmensidad esta en nosotros.
Si nos movemos el hogar se viene con nosotros.
Una casa deshabitada no posee hogar. Por el contrario, “todo espacio realmente habitado  lleva como esencia la noción de casa”. “La imaginación trabaja en ese sentido cuando el ser ha encontrado el menor albergue: veremos a la imaginación construir “muros” con sombras impalpables, confortarse con ilusiones de protección o, a la inversa, temblar tras unos muros gruesos y dudar de las más sólidas murallas”13
Nuestras ensoñaciones y deseos hacen realidad nuestra casa.

Miércoles 30:
Hierve el agua para el mate. El vapor que sale de la pava me ayuda a trepar a mi cielo y soñar lo que vendrá.
“[…] la ascensión no tiene obstáculos”14 ¿Entonces por qué a los seres humanos nos cuesta tanto subir? Cortamos nuestra imaginación natural por nuestros miedos, por nuestros pensamientos derroteros, por querer racionalizar el aire y todo aquello etéreo y liviano que no es inherente a la razón.
El movimiento aéreo escapa a la gravedad, volemos para crear nuestro mundo ideal.
Persiste e imagina.



Esta Tesina esta dedicada con todo mi amor:

A Rubén Baldemar
Quien hace muchos años supo desmalezar mi alma y rescatar
la semilla olvidada por mi.

A Jorge Savoia y Marta Brofman
Quienes me supieron regar con sus palabras en el preciso momento
en que creía marchitarme.



 Citas:               
1  Bachelard, Gastón, “La poética del espacio”, México: Fondo de Cultura Económica, 2000, 11
2   Honoré, Carl, “Elogio a la lentitud”, Buenos Aires: Del Nuevo Extremo, 2005, 180
3   Ibid., 183
4   Ibid., 184
5   Bachelard, Gastón, Op. Cit., 2000, 78-79
6   Bachelard, Gastón, “El aire y los sueños”, México: Fondo de Cultura Económica,
2003, 61
7   Tanizaki, Junichiro, “El Elogio de la Sombra”, Madrid: Editora Nacional, 2002, 46
8   Bachelard, Gastón, Op. Cit., 2003, 60
9   Bachelard, Gastón, Op. Cit., 2000, 37
10 Puglia, María del Luján, “Gramíneas Ornamentales”, Jardín, Buenos Aires: Grupo Revistas La Nación, 2003, 51 – 52
11  Bachelard, Gastón, Op. Cit., 2000, 28
12  Ibid., 30
13  Ibid., 35
14  Bachelard, Gastón, Op. Cit., 2003, 62

 Bibliografía consultada:
- Alberti, Rafael, A la pintura, Buenos Aires: Losada, 1967.
- Bachelard, Gastón, El aire y los sueños, México: Fondo de Cultura Económica, 2003.
- Bachelard, Gastón, La poética del espacio, México: Fondo de Cultura Económica, 2000
- Honoré, Carl, Elogio a la lentitud, Buenos Aires: Del Nuevo Extremo, 2005.
- Kandinsky, Wassily, Sobre lo espiritual en el arte, Buenos Aires: Andrómeda, 2003.
- Puglia, María de Luján, Gramíneas ornamentales”, Jardín, Buenos Aires: GrupoRevistas La Nación, 2003.
- Restany, Pierre, Uriburu, Milán: Electa, 2001
- Tanizaki, Junichiro, El Elogio de la Sombra, Madrid: Editora Nacional, 2002
-http://elespiritudelchemin.wordpress.com/2010/07/06/la-ecuacion-de-hundertwasser-naturaleza-belleza-felicidad/